Alejandro Alonso
es autor de los libros La ruta a
Trascendencia y Postales desde Oniris,
ambos colecciones de relatos. Ganó el Premio Universidad Politécnica de
Cataluña, el premio más importante en español para obra inédita de ciencia
ficción, en 2002. Recientemente Ediciones Colihue publicó su último libro, Lorena y el mago, que sirve como
disparador para esta entrevista.
Cuásar: Contanos
un poco cómo surgió Lorena y el mago
y por qué incursionás en el relato dirigido a un lector adolescente.
Alejandro Alonso.:
En realidad yo quería escribir un cuento o novela infantil, lisa y llanamente. Podría haber sido como una novela de Harry Potter, o como El Principito. En aquel momento mis sobrinos eran más
chicos, y yo quería hacer algo para ellos. Sin
embargo, la imagen que me surgió
(el final de la novela) implicaba algo más complejo que un relato infantil. Esa imagen (la de Lorena en el hospital) me conmovía, no puedo explicar por
qué. De modo que yo tenía el final, algunos
personajes (Eugenio está inspirado lejanamente en Ray Collins/Eugenio
Zappietro) y alguna idea sobre el principio, pero desarrollar los tres
actos de la obra fue bastante complejo, porque había una curva que los
personajes tenían que transitar para que, al final de la novela, el lector
tuviese la misma sensación que tenía yo al evocar esa imagen que me había
surgido. De a poco escribí los tres cuentos. Luego todo se conectó y surgió la
novela, fueron varios años de trabajo no continuo. Durante la corrección de la
novela, tuve la oportunidad de hacer en la UNSAM la Diplomatura en Literatura Infantil y
Juvenil. Ese curso terminó de convencerme de que iba por buen camino. Recuerdo
también que la idea de los tipos de magias surgió
mucho antes de todo esto que te
cuento, en una charla de taxi con Carlos Gardini. Supongo que cuando uno escribe es un
poco como un cocinero, que a veces combina elementos que elaboró mucho
antes.
C: ¿Qué diferencias y que coincidencias hay
entre tus textos anteriores y Lorena y el
mago?
AA: Como en mis otros textos, hubo algún trabajo de documentación, aunque menor. Parte del argumento transcurre antes de mi nacimiento. Y compartí algún que otro escenario (la visita a la mente del poeta tiene mucho de Postales desde Oniris). También intenté que el universo fuera estructurado, con reglas claras. Pero, por otro lado, escribí este relato con más libertad que la que suelo tener al escribir ciencia ficción. Por otra parte, debe ser uno de los pocos relatos que empiezo a escribir sabiendo cómo termina. Eso me facilitó y me dificultó las cosas, según como se mire. En Lorena y el mago tuve la oportunidad de jugar con la poesía y la intertextualidad, cosa que ya había hecho en otros cuentos (recuerdo ahora los de Cronoelipsis). No es que yo sea muy aficionado a la poesía, pero si las palabras tienen alguna magia, la poesía es lo más parecido a un destilado o aceite esencial de esa magia.
AA: Como en mis otros textos, hubo algún trabajo de documentación, aunque menor. Parte del argumento transcurre antes de mi nacimiento. Y compartí algún que otro escenario (la visita a la mente del poeta tiene mucho de Postales desde Oniris). También intenté que el universo fuera estructurado, con reglas claras. Pero, por otro lado, escribí este relato con más libertad que la que suelo tener al escribir ciencia ficción. Por otra parte, debe ser uno de los pocos relatos que empiezo a escribir sabiendo cómo termina. Eso me facilitó y me dificultó las cosas, según como se mire. En Lorena y el mago tuve la oportunidad de jugar con la poesía y la intertextualidad, cosa que ya había hecho en otros cuentos (recuerdo ahora los de Cronoelipsis). No es que yo sea muy aficionado a la poesía, pero si las palabras tienen alguna magia, la poesía es lo más parecido a un destilado o aceite esencial de esa magia.
C: ¿Cambia la perspectiva, la forma de encarar
temas y situaciones, el lenguaje, cuando se escribe para un público juvenil?
AA: Sí, supongo que tanto el lenguaje como la perspectiva tendrían que ser asequibles para los lectores de esas edades, pero no me sale. Quiero decir: la historia que me gustaría contarle al lector de 11, 13 ó 15 años no es la misma que me gustaría contarle a un lector formado adulto. Sin embargo, una vez que planteo personajes y situaciones, la rueda gira sola, y escribo del mismo modo que para el lector adulto. Me propongo que el abordaje sea asequible, pero no siempre puedo escapar al estilo con que escribí mis otros cuentos. Dicho esto, luego recuerdo que a los 13 ó 14 años yo leía Agatha Christie, Henry James, Stevenson, Doyle, London... No creo que esos cuentos estuvieran adaptados al público juvenil. De modo que confío en que, allí donde mi incapacidad deje una brecha, el lector curioso o algún adulto (padre, maestro, hermano) sabrá cerrarla. Esto que me preguntás se enlaza con otra cuestión, que es el de si realmente existe una literatura infantil y juvenil (LIJ). ¿Cuán cerrada o limitada o simplificada debería serla
LIJ ? (en el sentido del diálogo con la literatura en general,
en el sentido del uso extenso del idioma español, en la complejidad de los
argumentos). ¿Cuán didáctica u orientada a valores debería ser (en el caso de
que éstas fueran condiciones necesarias para la LIJ )? Mi opinión
es que la LIJ
debe ser abierta, porque al fin y al cabo es literatura, y que no debe estar
enfocada en otra cosa que en ella misma. Supongo que en mi caso
todo funciona al revés. Escribo como me sale, corrijo pensando en la fluidez de
la lectura, el desarrollo de la trama y la calidad de las ideas, y al final
alguien dirá: ¡qué bueno que está para que lo lean mis chicos! Pasó con mis
cuentos históricos. Yo no me propuse escribirlos para el público juvenil, sin
embargo se usaron para hacer análisis y prácticos en clase, en un colegio
secundario, porque a la profe les encantó.
AA: Sí, supongo que tanto el lenguaje como la perspectiva tendrían que ser asequibles para los lectores de esas edades, pero no me sale. Quiero decir: la historia que me gustaría contarle al lector de 11, 13 ó 15 años no es la misma que me gustaría contarle a un lector formado adulto. Sin embargo, una vez que planteo personajes y situaciones, la rueda gira sola, y escribo del mismo modo que para el lector adulto. Me propongo que el abordaje sea asequible, pero no siempre puedo escapar al estilo con que escribí mis otros cuentos. Dicho esto, luego recuerdo que a los 13 ó 14 años yo leía Agatha Christie, Henry James, Stevenson, Doyle, London... No creo que esos cuentos estuvieran adaptados al público juvenil. De modo que confío en que, allí donde mi incapacidad deje una brecha, el lector curioso o algún adulto (padre, maestro, hermano) sabrá cerrarla. Esto que me preguntás se enlaza con otra cuestión, que es el de si realmente existe una literatura infantil y juvenil (LIJ). ¿Cuán cerrada o limitada o simplificada debería ser
C: ¿En qué estás trabajando actualmente? ¿Más
literatura juvenil?
AA: En dos cosas. Por un lado, estuve leyendo documentación para un cuento ambientado en la misma ucronía de "1957" y "1953". Tengo una idea del argumento, pero no la terminé de masticar. Eso me ayudará a terminar la novela de la ucronía, y la intención es que los cuentos aparezcan incrustados en la ucronía, mostrando aspectos de esa realidad que los protagonistas no podrían ver. Por otro lado, más inmediato, estoy trabajando en dos relatos infantiles (quién sabe, supongo) que tienen un universo y personajes en común. Vendrá luego la etapa de corrección. La idea es que estos dos cuentos salgan juntos en el mismo libro, y podría ser una serie, ¡quién sabe! Ese universo da para muchas cosas, y no necesariamente con los mismos personajes.
AA: En dos cosas. Por un lado, estuve leyendo documentación para un cuento ambientado en la misma ucronía de "1957" y "1953". Tengo una idea del argumento, pero no la terminé de masticar. Eso me ayudará a terminar la novela de la ucronía, y la intención es que los cuentos aparezcan incrustados en la ucronía, mostrando aspectos de esa realidad que los protagonistas no podrían ver. Por otro lado, más inmediato, estoy trabajando en dos relatos infantiles (quién sabe, supongo) que tienen un universo y personajes en común. Vendrá luego la etapa de corrección. La idea es que estos dos cuentos salgan juntos en el mismo libro, y podría ser una serie, ¡quién sabe! Ese universo da para muchas cosas, y no necesariamente con los mismos personajes.
C: Muchas gracias, Alejandro.
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